Mayo 28, San Germán de París

El 28 de Mayo, nuestra Iglesia recuerda a San Germán de París, Santo Obispo. Año 496- 576, Francia.

 Gran parte de su vida la conocemos por el testimonio de su colega el obispo Fortunato que asegura estuvo adornado del don de milagros.

 Nació Germán en el año 496 cerca de Autun en Saona y Loira un departamento francés situado en la región de Borgoña. Sus padres fueron Eleuterio y Eusebia. No tuvo buena suerte en los primeros años de su vida, carente del cariño de los suyos y hasta estuvo con el peligro de morir, primero por el intento de aborto por parte de su madre y luego por las manipulaciones de una tía, que intentó envenenarlo por celos.

 Su primo Scapilion -con quien vive durante 15 años- es el que compensa los mimos que no tuvo Germán en la niñez. Allí sí que encuentra amor y un ambiente de trabajo lleno de buen humor y de piedad propicio para el desarrollo integral del muchacho que ya despunta en cualidades por encima de lo común para su edad.

 Estudió en Avalón y también en Luzy guiado por su primo Scapilion quien ya era sacerdote. A la edad de 34 años fue ordenado por San Agripino de Autun,

 Con los obispos tuvo suerte. Agripino, le ayuda solucionándole las dificultades y venciendo la resistencia de Germán para recibir tan alto ministerio en la Iglesia; luego, Nectario, su sucesor, lo nombra abad del monasterio de san Sinfroriano, en los arrabales de la ciudad. Modelo de abad que marca el tono sobrenatural de la casa caminando por delante con el ejemplo en la vida de oración, la observancia de la disciplina, el espíritu penitente y la caridad. Es allí donde comienza a manifestarse en Germán el don de milagros, según el relato de Fortunato.

 Por lo que cuenta su biógrafo, se había propuesto el santo abad que ningún pobre que se acercara al convento a pedir se fuera sin comida. Un día reparte el pan reservado para los monjes porque ya no había más; cuando brota la murmuración y la queja entre los frailes que veían peligrar su ración, llegan al convento dos cargas de pan y, al día siguiente, dos carros llenos de comida para las necesidades del monasterio. También se narra el milagro de haber apagado con un roción de agua bendita el fuego del pajar lleno de heno que amenazaba con arruinar el monasterio.

 El obispo, celoso por las cosas buenas que se hablan de Germán, lo manda poner en la cárcel por no se sabe qué motivo (quizá hoy se le llamaría «incompatibilidad»); las puertas se le abrieron al estilo de lo que pasó al principio de la cristiandad con los apóstoles, pero Germán no se marchó antes de que el mismo obispo fuera a darle la libertad; con este episodio cambió el obispo sus celos por admiración.

 El rey Childeberto usa su autoridad en el año 554 para que sea nombrado obispo de París a la muerte de Eusebio y, además, lo nombra limosnero mayor. San Germán curó al rey cuando estaba enfermo en el castillo de Celles, con la sola imposición de las manos. Como su vida fue larga, hubo ocasión de intervenir varias veces en los acontecimientos de la familia real. Bajo su influencia, se dice que el rey, quien se había entregado a la vida mundana, se convirtió y desde entonces llevó una vida de acuerdo con los valores cristianos.

 Asistió al tercero y cuarto Concilios de París en los años 557 y 573 respectivamente, y también al segundo Concilio de Tours en el año 566. Convenció al rey de que erradicara las prácticas paganas que aún existían en el país franco, y también para que prohibiera los excesos que se llevaban a cabo en la mayoría de las celebraciones cristianas.

 Los últimos años de su vida los paso poniendo paz entre las guerras internas de los sucesores del rey Childeberto, pero con poco éxito debido a la disputa de propiedades.

 El obispo Germán falleció antes de que se restableciera la paz pasando su octogenario el 28 de mayo del año 576. Sus restos fueron sepultados en la capilla de San Sinfroniano en el templo de San Vicente martir, pero en el año 754 sus reliquias fueron reubicadas en el edificio principal del templo, en presencia de Pipino el Breve y de su hijo Carlomagno, que entonces era un niño de siete años. Desde ese momento, el templo se convirtió en la Abadía de San Germán de Paris. Hoy reposan allí mismo -y se veneran- en una urna de plata que mandó hacer el abad Guillermo a los orfebres, en el año 1408. Fue canonizado en el año 754, por el Papa Esteban II.

Para la meditación:

 ¿Qué podemos aprender de la vida de San German de Paris?

 Señor y Padre Nuestro, nos has dado un gran amigo a quien podamos recurrir para que interceda por nuestras necesidades. Ayúdanos a imitar su ejemplo de entrega a los demás. Que por su intercesión, nuestras manos se vuelvan más caritativas ante las necesidades del prójimo. Y que nunca falte el pan en nuestra mesa. Por Jesucristo Nuestro Señor, San Germán de París, ruega por nosotros. Amén.

Bendiciones en Cristo Jesús. En "SABIDURIA DE LOS SANTOS-Santoral" compartimos una breve biografía del Santo de cada día 🎧.

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