El 4 de Marzo nuestra Iglesia recuerda a San Casimiro de Polonia, Santo príncipe.
Año 1484, Polonia. De Memoria Litַúrgica
Nació en 1458 en Cracovia, la sede real polaca. Era el tercero de los trece hijos de Casimiro IV Jagellón, rey de Polonia. y de su esposa Isabel de Habsburgo de Hungría (Hija del Rey Alberto de Hungría) una fervorosa católica que se esmeró con toda el alma porque sus hijos fueran también entusiastas practicantes de la religión.
Además de la educación que le dieron sus padres, Casimiro tuvo la gran suerte de que el rey le consiguió dos maestros que eran buenísimos educadores. El Padre Juan, un sabio sacerdote que su mayor honor fue encaminar a San Casimiro hacia una altísima Santidad, y el profesor Calímaco, hombre sabio que había sido secretario del Papa Pío II, y estuvo 30 años sirviendo al rey de Polonia en la instrucción de los jóvenes. De los otros doce hermanos de Casimiro que tuvieron los mismos profesores, ninguno llegó a la santidad, y algunos hasta dieron malos ejemplos. En cambio, nuestro santo llegó a unas alturas de virtud que admiraron a los que lo conocieron y lo trataron.
Dicen los biógrafos de San Casimiro que su más grande anhelo y su más fuerte deseo era siempre agradar a Dios. Para eso trataba de dominar su cuerpo antes de que las pasiones sensuales mancharan su alma. Siendo hijo del rey, sin embargo, vestía muy sencillamente, sin ningún lujo. Se mortificaba en el comer, beber, mirar y dormir. Muchas veces dormía sobre el suelo y se esforzaba por no tomar licor.
El centro de su devoción era la Pasión y Muerte de Jesucristo. Le gustaban los cristos muy sangrantes, y ante un crucifijo se quedaba tiempos y tiempos meditando, suplicando y dando gracias. Otra gran devoción era la de Jesús Sacramentado, aprovechaba el descanso y el silencio de las noches para ir a los templos y pasar horas adorando a Jesús en la Santa Hostia.
La gente se admiraba de que, siendo hijo de un rey, nunca ni en sus palabras ni en su trato se mostraba orgulloso o despreciador con ninguno, ni siquiera con los más miserables y antipáticos. La caridad de Casimiro era casi increíble, un verdadero don del Espíritu Santo. Prefería siempre a los más afligidos, a los más pobres, a los extranjeros que no tenían a nadie que los socorriera, y a los enfermos. Defendía a los miserables y lo llegaron a llamar "el defensor de los pobres".
La nobleza húngara estaba descontenta con su rey Matías Corvina, Casimiro tenía 13 años cuando lo llamaron a ocupar ese puesto, que podía aceptar por derechos de trono puesto que su mamá era hija del reciente muerto Rey Alberto de Hungría. En 1471 Casimiro arribó a las fronteras húngaras, aceptando la elección para brindar defensa al mundo Cristiano contra los invasores turcos. Sin embargo, no llegó a coronarse puesto que el rey Matías se enteró de esta conspiración y envió a nobles a resolver el asunto pacíficamente.
Su padre quiso casarlo con la hija del Emperador Federico, pero Casimiro dijo que le había prometido a la Virgen Santísima conservarse en perpetua castidad. Y renunció a tan honroso matrimonio. La gente se admiraba al ver que un joven de veinte años observaba una conducta tan equilibrada y seria como si ya tuviera sesenta.
A su padre el rey le advertía con todo respeto, pero con mucha valentía las fallas que encontraba en el gobierno, especialmente cuando se cometían injusticias contra los pobres. Y el papá atendía con rapidez a sus peticiones y trataba de poner remedio.
De 1479 a 1483, llevó los
asuntos de gobierno en Polonia sustituyendo a su padre ausente.
Casimiro llegó a una gran santidad, en muy pocos años. Se enfermó de tuberculosis en Grodno (Lituania) durante un viaje, el 4 de marzo de 1484, a la corta edad de 26 años, murió santamente dejando en todos los más edificantes recuerdos de bondad y de pureza. Lo sepultaron en Vilma, capital de Lituania, donde aún se encuentran Sus restos
A los 120 años de enterrado abrieron su sepulcro y encontraron su cuerpo incorrupto, como si estuviera recién enterrado. Ni siquiera sus vestidos se habían dañado, y eso que el sitio donde lo habían sepultado era muy húmedo. Sobre su pecho encontraron una poesía a la Santísima Virgen, que él había recitado frecuentemente y que mandó que la colocaran sobre su cadáver cuando lo fueran a enterrar. Hasta después de muerto quería que en su sepulcro se honrara a la Virgen María a quien le tuvo inmensa devoción durante toda su vida.
San Casimiro trabajó incansablemente por extender la religión católica en Polonia y Lituania, y estas dos naciones han conservado admirablemente su fe católica, y aún en este tiempo cuando las gentes ven que está en peligro su religión, invocan al santo joven que fue tan entusiasta por nuestra religión. Y él demuestra con verdaderos prodigios lo mucho que intercede ante Dios en favor de los que lo invocan con fe.
En 1521 el papa León X lo declaró Patrón de Lituania y de Polonia, pero fue canonizado oficialmente en 1602 por el Papa Clemente VIII; en 1621 su fiesta se extendió a la Iglesia universal.
¿Qué podemos aprender de la vida de San Casimiro?
¿Qué Virtud podemos poner en práctica por un solo día?
Dios padre Todopoderoso, que nuestros Santos sean el mejor ejemplo para enfervorizar nuestras almas y nos alienten a servirte mejor en la vocación que nos has llamado. Por Jesucristo Nuestro Señor, san Casimiro de Polonia, ruega por nosotros. Amén.
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