El 3 de Marzo, nuestra Iglesia
recuerda a la beata Concepción Cabrera Arias de Armida beata mística, madre
espiritual de la familia de la cruz. Año 1862-1937, México.
Es considerada una de las
figuras más importantes de la espiritualidad católica en México. Nació el 8 de
diciembre de 1862, en San Luis Potosí. Fue la segunda de nueve hijos de una
familia católica devota. Desde joven, sintió una fuerte vocación religiosa y
una conexión especial con Jesús, se dedicó a la oración y la contemplación.
En 1884, se casó con Francisco
Armida y tuvieron nueve hijos. Sin embargo, su esposo falleció en 1901,
dejándola viuda con siete hijos.
Después de la muerte de su
esposo, Concepción se dedicó aún más a la oración y la contemplación.
Experimentó visiones y revelaciones místicas que la llevaron a profundizar en
su fe y a escribir sobre sus experiencias espirituales. Escribió varios libros
sobre espiritualidad y mística, incluyendo “El libro de la misericordia” y “El
libro de la cruz”. Sus escritos se caracterizan por su profunda espiritualidad
y su amor a Dios.
En 1895 se traslada a la
ciudad de México y continua su obra, acompaña de obispos y de sus directores
espirituales
Conchita Cabrera de Armida
tuvo una vida espiritual muy profunda. Practicó heroicamente las virtudes, fue
inteligente intuitiva y dócil a las aspiraciones del señor, con un fuerte deseo
de ser de Dios y de que este mundo fuera para Dios, su gran celo apostólico, le
impulso a colaborar con Cristo para la salvación de la humanidad.
Ofreció su vida a Dios por la
santificación de los sacerdotes y con elevado celo apostólico dio origen a las
Obras de la Cruz, junto con los Venerables Siervos de Dios Félix de Jesús
Rougier y Ramón Ibarra
Queriendo ser más de Jesús se
graba en el pecho el nombre de Jesús la JHS. Se abre el pecho con una navaja se
cauteriza con un rizador de cabello y lo única frase que puede brotar de su
corazón es “Jesús Salvador de los hombres y sálvalos” en aquella donación total
de su vida.
A partir de ahí es que ella empieza a
escuchar más intensamente a Jesús tiene una relación con Jesús muy importante y
de estas experiencias místicas va a derivar la espiritualidad de la Cruz que se
manifiesta la revelación de la Cruz del apostolado. El emblema es una Cruz que
está flotando porque está sostenida por el padre rodeada de nubes con el
corazón de Jesús al centro, herido por la lanza y con una Cruz pequeña arriba y
el Espíritu Santo que todo lo ilumina.
Sin abandonar su ámbito
familiar, fundó:
• El Apostolado de la Cruz
(Asociación para laicos que busca vivir su sacerdocio ministerial de manera
ordinaria en la vida)
• Las Religiosas de la Cruz
del Sagrado Corazón de Jesús. (Misión es la Adoración perpetua consolar el
corazón de Jesús por los pecados de todo el mundo)
• La Alianza de Amor con el
Sagrado Corazón de Jesús. (Laicos que quieren vivir con gran entrega y
responsabilidad su vida cristiana)
• La Fraternidad de Cristo
Sacerdote. (Comunidad de sacerdotes y obispos para velar por la obra de la
cruz)
• Los Misioneros del Espíritu
Santo. (Junto con Félix de Jesús Rougier)
Conchita combatió
espiritualmente toda su vida por la salvación de las almas. En uno de sus
escritos se lee: "[…] sentí como si una fuerza sobrenatural me arrojara al
suelo, y con la frente en la tierra, en los ojos las lágrimas y el fuego en el
corazón, le pedía al Señor con vehemencia, con un celo devorador la salvación
de las almas:”
Murió en 1937 en la Ciudad de
México totalmente configurada con Jesucristo Sacerdote y Víctima. Fue
beatificada por el Papa Juan Pablo II el 4 de mayo de 2019. Es la cuarta mujer
Mexicana elevada a los altares, pero la primera Laica.
Es recordada como una mujer de
profunda fe y espiritualidad. Su legado es un testimonio de la importancia de
la oración, la contemplación y la devoción a Dios.
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