sábado, 11 de enero de 2025

Enero 11, Santo Tomás de Cori



El 11 de Enero, nuestra Iglesia recuerda a Santo Tomás de Cori, Santo Presbítero Franciscano. Año: 1729, Italia.

 

Nació en Cori, el 4 de junio de 1655, Tomás tuvo una infancia marcada por la pérdida prematura de sus padres quedando sólo a los catorce años y encargado de cuidar a las hermanas más pequeñas. Hará de pastor aprendiendo la sabiduría de las cosas simples.

Casadas las hermanas, queda libre para seguir la inspiración que desde algún año guardaba en el silencio del corazón: pertenecer completamente a Dios en la vida religiosa franciscana. Había conocido a los Frailes Menores en su misma ciudad en el Convento de San Francisco, fue acogido en la Orden y enviado a Orvieto para hacer el año de noviciado. Profesada la Regla de San Francisco y finalizados los estudios de teología, se ordena sacerdote en 1683. Fue nombrado inmediatamente vice maestro de novicios en el convento de la Santísima Trinidad de Orvieto; sus superiores reconocieron desde muy pronto sus dotes.

 Poco tiempo después fray Tomás oyó hablar de los Retiros que comenzaban a florecer en la Orden y de la intención de los Superiores de la Provincia Romana de instaurar uno en el Convento de Civitella (hoy Bellegra).

 Su petición fue acogida, y el joven fraile llamó así a la puerta del pobre Convento en 1684, diciendo: "Soy fray Tomás de Cori y vengo para hacerme santo". Con un lenguaje quizás lejano al nuestro, expresaba él su ansia de vivir radicalmente el Evangelio según el espíritu de San Francisco. Desde entonces, fray Tomás permanecerá en Bellegra hasta la muerte, excepto seis años (De 1703-1709) en los que será Guardián en el Convento de Palombara donde instauró el Retiro en base al de Bellegra.  Los largos años transcurridos en San Francisco de Bellegra se pueden resumir en tres puntos:

 PRIMERO, Oración: Santo Tomás de Cori fue seguramente, como se ha dicho de San Francisco, no tanto un hombre que oraba, como un hombre hecho oración. Esta dimensión animó toda la vida del Fundador del Retiro. El aspecto más evidente de su vida espiritual fue sin duda la centralidad de la Eucaristía, testimoniada por Tomás en la celebración eucarística, intensa y participada, y en la oración silenciosa de adoración en las largas noches de Retiro después del oficio divino celebrado a medianoche. Su vida de oración estuvo marcada por una aridez persistente de espíritu. La ausencia total de una consolación sensible en la oración y en su vida de unión con Dios, se prolongaría durante más de cuarenta años, encontrándole siempre sereno y radical en la vivencia del primado de Dios. Verdaderamente su oración se configuró como " memoria Dei " realizando concretamente la unidad de vida no obstante las múltiples actividades.

 SEGUNDO, Evangelización: Santo Tomás no se cerró en el Retiro olvidando el bien de sus hermanos, su corazón de vocación franciscana que es apostólico, recorrió comarcas y ciudades en el anuncio incansable del Evangelio, en la administración de los sacramentos y en el surgir de milagros a su paso, signo de la presencia y cercanía del Reino. Su predicación era clara y simple, persuasiva y fuerte. No subió a los púlpitos más ilustres del tiempo: su personalidad pudo entregar lo mejor de sí en el ámbito restringido de la región del Lazio, viviendo su vocación franciscana en minoridad y a la opción concreta por los más pobres.

 TERCERO, Exquisita Caridad: Santo Tomás de Cori fue para sus hermanos padre amabilísimo. Ante las resistencias de algunos hermanos en su deseo de reforma y de radicalidad en vivir el ideal franciscano, el Santo supo responder con paciencia y humildad, encontrándose incluso sólo para atender el convento. Había comprendido muy bien que toda auténtica reforma inicia por sí mismo.

 El notable epistolario que nos ha llegado demuestra la atención de Tomás a las más pequeñas expectativas y necesidades de sus hermanos y de tantos amigos, penitentes y frailes que se dirigían a él para recibir un consejo. En el convento demostró su espíritu de caridad en la disponibilidad a cualquier necesidad, incluso la más humilde.

 Rico de méritos, se durmió en el Señor el 11 de enero de 1729. Santo Tomás de Cori resplandece entre nosotros y en Roma, sobre todo en su ansia de ideal cristiano y franciscano puro y vivido en lo esencial. Una provocación para todos nosotros, a no tomar a la ligera el Evangelio y sus exigencias radicales. Fue canonizado el 21 de noviembre de 1999, por el Papa Juan Pablo II.

 Señor y padre Nuestro, que a ejemplo de Santo Tomas de Cori, en la simpleza de nuestros actos de cada día podamos encontrarte en el más necesitado, que no cerremos nuestros ojos a la gracia de tu amor que cada día nos regala un rayo de luz donde podemos agradecer tu infinita paciencia y Misericordia por nosotros. Por Jesucristo nuestro Señor, Santo Tomas de Cori, ruega por nosotros. Amén.


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