miércoles, 11 de junio de 2025

Junio 11, San Bernabé


El 11 de Junio, nuestra Iglesia recuerda a San Bernabé, Santo Apóstol. Año 61, Chipre

 La Sagrada escritura lo presenta como un apóstol considerado por la Iglesia con una distinción especial, pero desigual en cuanto a autoridad con el resto de los 12. Originario de Chipre, fue un judío que pertenecía a la tribu de Leví, vivió durante el siglo I.

 Su nombre original era José. Los apóstoles lo cambiaron por el de Bernabé, que según San Lucas significa el esforzado, el que anima y entusiasma. Los Hechos de los Apóstoles afirman, que Bernabé vendió su finca y el producto que de ella obtuvo lo entregó a los apóstoles para distribuir entre los pobres.

 Tres años después de su conversión, San Pablo recibió de Bernabé apoyo ante los demás apóstoles, e intercesión para obtener la aceptación del resto de los apóstoles de Jerusalén a su ministerio. No se encuentra entre los doce elegidos por Jesucristo, pero probablemente fue uno de los setenta y dos discípulos mencionados en el Evangelio. Bernabé es considerado apóstol por los primeros Padres de la Iglesia y también por San Lucas por la misión especial que le confió el Espíritu Santo. Los Apóstoles lo apreciaban mucho por ser "un buen hombre, lleno de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 11,24), por eso lo eligieron para la evangelización de Antioquía. Con sus prédicas aumentaron los convertidos.

 Se fue a Tarso, y se asoció con San Pablo. Juntos obtuvieron un éxito extraordinario. Regresaron a Antioquía, donde permanecieron por un año. Antioquía se convirtió en gran centro de evangelización y donde por primera vez se le llamó Cristianos a los seguidores de la doctrina de Cristo.  Volvieron a Jerusalén enviados por los Cristianos de la floreciente iglesia de Antioquía, con una colecta para los que estaban pasando hambre en Judea.

 El Espíritu Santo habló por medio de los maestros y profetas que adoraban a Dios: "Separad a Pablo y Bernabé, para una tarea que les tengo asignada". Después de ayuno y oración Pablo y Bernabé recibieron la misión y la imposición de manos. Partieron acompañados de Juan Marcos, pariente de Bernabé, futuro evangelista, a predicar a otros lugares, entre estos Chipre, la patria de Bernabé. Allí convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, de quien Saulo tomó el nombre para predicar entre los gentiles.

 Fueron luego a Perga en Panfilia, donde se inició el más peligroso viaje misionero. Juan Marcos no estaba muy decidido y les abandonó regresando solo a Jerusalén. Luego prosiguieron su viaje misionero por las ciudades y naciones del Asia Menor. En Iconio, capital de Licaonia, estuvieron a punto de morir apedreados por la multitud. Se refugiaron en Listra, donde el Señor por medio de San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y por esa razón los habitantes paganos dijeron que los dioses los habían visitado, haciendo lo imposible evitaron que la población ofreciera sacrificios en honor a ellos y por eso se pasaron al otro extremo y lanzaron piedras contra San Pablo y lo dejaron maltrecho.

 Tras una breve estancia en Derne, donde muchos se convirtieron, los dos Apóstoles volvieron a las ciudades que habían visitado previamente, para confirmar a los convertidos y para ordenar presbíteros. Recordaban que "es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch. 14, 22). Después de completar la primera misión regresaron a Antioquía de Siria.

 Poco después, algunos de los judíos cristianos, contrarios a las opiniones de Pablo y Bernabé, exigían que los nuevos cristianos, aparte de ser bautizados fueran circuncidados. A raíz de eso, se convocó al Concilio de Jerusalén. Se declaró entonces que los gentiles convertidos estaban exentos del deber de la circuncisión.

 Ante el segundo viaje misionero surgió un conflicto entre Pablo y Bernabé. Bernabé quería llevar a su primo Juan Marcos y Pablo se oponía por haberles abandonado en la mitad del primer viaje (por miedo a tantas dificultades). Por ello decidieron separarse. San Pablo se fue a su proyectado viaje con Silas, y Bernabé partió a Chipre con Juan Marcos. Más tarde se volvieron a encontrar como amigos misionando en Corinto (1 Co. 9, 5-6), por lo que se deduce que Bernabé aún vivía y trabajaba en los años 56 o 57 D.C. Posteriormente San Pablo invita a Juan Marcos a unirse a él cuando estaba preso en Roma, cosa que nos indica que Bernabé ya había muerto alrededor del año 60 o 61.

 

Para la reflexión:

 ¿A que nos invita la vida de San Bernabé? ¿Como confronta nuestra propia forma de Evangelizar?

 Dios nuestro, que, después de haber infundido en abundancia la fe y el Espíritu Santo en San Bernabé, lo destinaste para que anunciara a los pueblos paganos el mensaje de salvación, haz que el Evangelio de Cristo, que él predicó valerosamente, sea proclamado con fidelidad por nuestras palabras y nuestras obras. Por Jesucristo nuestro Señor, San Bernabe, ruega por nosotros. Amén.



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