jueves, 18 de septiembre de 2025

Septiembre 18, José de Cupertino


El 18 de Septiembre nuestra Iglesia recuerda a San José de Cupertino, presbítero Franciscano, patrono de los Estudiantes y de los aviadores. Año 1663, Italia.

 

José nació el año 1603 en el pequeño pueblo italiano llamado Cupertino. Sus padres eran sumamente pobres. El niño vino al mundo en un cobertizo pegado a la casa, porque el papá, un humilde carpintero, no había podido pagar las cuotas que debía de su casa y se la habían embargado.

 A los 17 años pidió ser recibido como franciscano, pero no fue admitido. Pidió que lo recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído. Dejaba caer los platos cuando los llevaba para el comedor. Se le olvidaban los oficios que le habían puesto. Parecía que estaba siempre pensando en otras cosas.  Al verse desechado, se vio obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa. La mamá no sintió ni el menor placer al ver regresar a semejante "inútil", y para deshacerse de él le rogó insistentemente a un pariente que era franciscano, para que recibieran al muchacho como mandadero en el convento.

 Sucedió entonces que en José se obró un cambio que nadie había imaginado. Lo recibieron los padres como obrero y lo pusieron a trabajar en el establo y empezó a desempeñarse con notable destreza en todos los oficios que le encomendaban.

 Pronto con su humildad y su amabilidad, con su espíritu de penitencia y su amor por la oración, se fue ganando la estimación y el aprecio de los religiosos, y en 1625, por votación unánime de todos los frailes de esa comunidad, fue admitido como religioso franciscano.

 Lo pusieron a estudiar para presentarse al sacerdocio, pero le sucedía que cuando iba a presentar exámenes se trababa todo y no era capaz de responder.  Llegó al fin el examen definitivo en el cual se decidía quiénes sí serían ordenados. Y los primeros diez que examinó el obispo respondieron tan maravillosamente bien todas las preguntas, que el obispo suspendió el examen diciendo: ¿Para qué seguir examinando a los demás si todos se encuentran tan formidablemente preparados?" y por ahí estaba haciendo turno para que lo examinaran José de Cupertino, temblando de miedo por si lo iban a descalificar. Y se libró de semejante catástrofe, por casualidad.

 Ordenado sacerdote en 1628 se dedicó a tratar de ganar almas por medio de la oración y de la penitencia. Sabía que no tenía cualidades especiales para predicar ni para enseñar, pero entonces suplía estas deficiencias ofreciendo grandes penitencias y muchas oraciones por los pecadores. Jamás comía carne ni bebía ninguna clase de licor. Ayunaba a pan y agua muchos días. Se dedicaba con gran esfuerzo y consagración a los trabajos manuales del convento (que era para lo único que se sentía capacitado).

 Desde el día de su ordenación sacerdotal su vida fue una serie ininterrumpida de éxtasis, curaciones milagrosas y sucesos sobrenaturales en un grado tal que no se conocen en cantidad semejante con ningún otro santo. Sabemos que la Iglesia Católica llama éxtasis a un estado de elevación del alma hacia lo sobrenatural, durante lo cual la persona se libra momentáneamente del influjo de los sentidos, para contemplar lo que pertenece a la divinidad. San José de Cupertino quedaba en éxtasis con mucha frecuencia durante la Santa Misa, cuando estaba rezando los salmos de la Sagrada Biblia. El más famoso sucedió cuando 10 obreros deseaban llevar una pesada cruz a una montaña y no lo lograban. Entonces Fray José se elevó por los aires con cruz y todo y la llevó hasta la cima del monte.

 Murió el 18 de septiembre de 1663 a la edad de 60 años. Fue beatificado en 1753 por Benedicto XIV, y canonizado en el 1767 por Clemente XIII.

 La tumba del santo se encuentra en la Basílica de San José de Cupertino (Basilica di San Giuseppe da Copertino), en Osimo, una ciudad de la región del este de Italia conocida como Las Marcas. Sus restos fueron colocados bajo el altar mayor en 1771, pero ahora están en una cripta construida en 1963.

 En el interior de la Basílica se puede encontrar una pintura del santo levitando sobre el altar, y en la cripta se halla una figura metálica de su cuerpo; en su interior se resguardan sus reliquias. El 18 de septiembre de cada año, su ataúd es llevado en procesión alrededor de Osimo.

 

Para la reflexión:

 ¿Qué podemos aprender de la vida de San José de Cupertino?

 

Señor y padre nuestro, que en nuestras labores diarias a ejemplo de San José de Cupertino, logremos también dar honra y Gloria a tu nombre, que nos maravillemos de estos hechos al comprender como enalteces a los que son humildes y los llena de gracias y de bendiciones. Por Jesucristo Nuestro Señor, San José de Cupertino, ruega por nosotros. Amén.



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