El 9 de Marzo, nuestra Iglesia
recuerda a Santa Catalina de Bolonia. Monja. Abadesa, mística, artista y escritora.
Patrona de los Artistas y de las artes liberales. Año 1413-1463, Italia.
Nació el 8 de septiembre de
1413 en Bolonia hija de la familia patricia de los Vigri, Su padre fue Juan
Vigri y su madre Benvenuta Mammolini. Al momento de su nacimiento su padre se
encontraba en Ferrara ya que Nicolás III de Este, informado de las dotes de
Juan, lo llamó a Ferrara, lo nombró embajador suyo ante la república de Venecia
y obtuvo para él una cátedra de derecho en Padua.
Junto a su madre, la niña fue
desarrollando sus tendencias naturales a la vida de piedad y de oración y su
compasión generosa hacia los pobres. A los 9 ó 10 años, su padre llevó a
Catalina a Ferrara, porque Nicolás III quiso que la pequeña fuera dama de honor
de su hija la princesa Margarita de Este. Se estableció en la corte que vivía
momentos de esplendor y era un hervidero de arte y de cultura. Catalina y Margarita
compartían los juegos y la educación.
Los hijos de las principales
familias recibían una educación que cubría el trívium que comprendía: gramática,
lógica y retórica, (en la actualidad se llama humanidades) y después continuaban
con el quadrivium que consistía en aritmética, geometría, música y
astronomía; juntos forman las siete artes liberales, así como también estudiaban
filosofía, caligrafía y los ejercicios como el montar a caballo y alistar las
armas. Catalina aprendió a leer y escribir en latín, también la pintura y el
arte de la miniatura religiosa
Gran parte de su tiempo estaba
consagrado al estudio de la religión y de la filosofía cristiana. Era invitada
a participar de fiestas, sin embargo, amaba la soledad y rechazaba
obstinadamente el casarse.
Cuando su compañera Margarita
se casó con el príncipe de Rímini, ella no quiso seguirla, decidió volver a
Bolonia junto a su madre. Poco después, teniendo catorce años, su vida cambia
de rumbo: muere su padre y su madre contrae nuevo matrimonio. Ella queda sola y
heredera de un gran patrimonio, con muchos pretendientes por su riqueza y por
sus dotes naturales y espirituales. Pero Catalina tiene otras perspectivas para
su vida y prefirió consagrar su vida a la oración y a las obras de caridad.
Parte para unirse a una
comunidad de damas pías que formaban parte de una Tercera Orden de inspiración Agustina.
Aconsejados por algunos franciscanos, transforman su comunidad en un monasterio
de Clarisas, llamado monasterio del Corpus Domini, en Ferrara. En 1432 se hizo
clarisa y ejerció el oficio de maestra de novicias.
Rápidamente, fue favorecida
con visiones y éxtasis, pero también de tentaciones y dudas. Una de esas
visiones fue de la Santa Virgen María, la noche de Navidad de 1445, quien le
presentaría al Niño Jesús, tuvo la dicha también de ver a San Francisco de Asís
el cual le mostró sus estigmas. Sus hermanas de religión admiraban su entrega,
su buen sentido y su profunda piedad.
En 1455, el vicario general de
la observancia había obtenido del Papa Calixto III un Breve Apostólico
autorizando la fundación de monasterios de clarisas en diversas partes de
Italia. Catalina fue elegida abadesa de una nueva fundación el monasterio del
Corpus Domini. Llega a su ciudad natal en Bolonia el 22 de julio de 1456, y fue
solemnemente recibida por el cardenal Bessarion, delegado del Papa, por el
arzobispo de la ciudad, seguidos del clero, del senado y de toda la población.
Catalina se distinguía por su
profunda espiritualidad y por sus consejos. Escribió una obra “El Tratado de
las 7 armas del combate espiritual. Su arte pictórico aún se conserva. Sus
superiores en lugar de reprimir sus talentos de pintura la apoyaron y le
adaptaron en el convento un pequeño taller donde ella podía trabajar cuando no
estaba en sus oficios.
Murió en el monasterio de
Corpus Cristi en Bolonia el 9 de marzo de 1463. Enseguida, los milagros se
manifestaron sobre su tumba a tal punto que su cuerpo, solamente 18 días
después de sus exequias, fue expuesto a la veneración de las religiosas y los
fieles. La instalaron bajo un baldaquín en una capilla de la iglesia donde se
encuentra hasta ahora. Su cuerpo se conserva incorrupto. La canonizó
solemnemente el papa Clemente XI el 22 de mayo de 1712. Es «la santa» de
Bolonia por excelencia.
Para la reflexión:
¿Te identificas con alguna
parte de la vida de Santa Catalina? ¿Qué podemos aprender de ella?
Señor y Padre Nuestro, que a
ejemplo de Catalina podamos escuchar la voz de Dios para ir a donde Tú nos
llamas, suplicamos su intercesión para que los jóvenes usen sus talentos como
la música y la pintura como una opción que pueden poner al servicio de Dios y
bien de la humanidad. Por Jesucristo nuestro Señor. Santa Catalina de Bolonia,
ruega por nosotros. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario