El 2 de Enero Nuestra Iglesia celebra a dos grandes Santos. San Basilio el grande y San Gregorio Nacianceno
San Basilio
Perteneció a una familia de santos. Su abuelo murió mártir en la persecución. La abuela fue Santa Macrina. La mamá: Santa Amelia. La hermana también fue santa. Sus hermanos San Pedro obispo de Sebaste y San Gregorio Niceno.
Su mejor amigo fue, San Gregorio Nacianceno (el otro santo que se celebra este día).
Basilio significa:
"Rey". Nació en Cesarea de Turquía el año 329. Estudió en Atenas y
Constantinopla. Al ver que su hermana Santa Macrina había fundado un monasterio
de monjas y que éstas progresaban mucho en santidad, Basilio se fue a Egipto a
aprender de los monjes del desierto el modo de vivir como monje, en soledad; y
al volver de allá se hizo monje y redactó sus famosas
"Constituciones" que son la primera Regla de vida que se escribió
para los religiosos. En ellas enseña cómo vivir en oración, estudio, buenas
lecturas y trabajos manuales en un monasterio y cómo hacerse santo en la vida
religiosa. En esas "Constituciones" se han basado los más famosos
fundadores de Comunidades para redactar los Reglamentos de sus Congregaciones.
Basilio fue elegido Arzobispo
de Cesarea, y el delegado del gobierno quiso hacerle renegar de la fe. Varios
habían renegado por miedo. Pero nuestro santo le respondió: ¿Qué me vas a poder
quitar si no tengo casas ni bienes, pues todo lo repartí entre los pobres?
¿Acaso me vas a atormentar? Es tan débil mi salud que no resistiré ni un día de
tormentos sin morir y no podrás seguir atormentándome. ¿Que me vas a desterrar?
A cualquier sitio a donde me destierres, allá estará Dios, y donde esté Dios,
allí es mi patria y allí me sentiré contento:
El gobernador le respondió admirado: "Jamás nadie me había contestado así". Y Basilio añadió: "Es que jamás te habías encontrado con un obispo". El gobernante no se atrevió a castigarlo porque le pareció que era un gran santo, y porque todo el pueblo lo veneraba inmensamente.
Por su oratoria maravillosa, por sus admirables escritos y por las muchísimas obras que hizo en favor del pueblo, fue llamado "Basilio el Grande". Era amado por cristianos, judíos y paganos. San Gregorio decía: "Cada vez que leo un escrito de Basilio, siento que el Espíritu Santo transforma mi alma". Sus escritos tienen lo que se llama "Unción", o sea la cualidad especial de que conmueven al que los lee.
Además de su arrebatadora elocuencia, Basilio tenía una asombrosa actividad en favor de los necesitados. Fue al primero que se le ocurrió fundar por allí un Hospital para pobres y un ancianato. Todo, todo lo que llegaba lo regalaba a los necesitados.
Estudió mucho la Biblia y sus sermones están llenos de frases de la Sagrada Escritura. Y era especializado en filosofía y en literatura y así sus escritos están redactados de una manera muy sabia y agradable. Se conservan unas 365 cartas suyas, muy hermosas y de provechosa lectura para el alma.
Su pensamiento dominante después del amor a Dios, era ayudar y hacer que otros ayudaran a los pobres. Trabajaba y escribía sin cesar. La gente decía: "El obispo Basilio predica a todas horas: en las misas, en las reuniones, en las catequesis, y cuando no está hablando con sus labios, está predicando con las buenas obras que hace en favor de los demás". Y eso a pesar de la salud tan débil que tenía. Sufría de hepatitis, la cual no le permitía casi alimentarse, hasta tal punto que su piel llegó a tocar sus huesos.
Murió el 1o. De Enero del año
379 cuando sólo tenía 49 años y fue sepultado el 2 de enero, en medio de un
gentío tan grande y unos lloros tan impresionantes como nunca se habían presenciado
en aquella ciudad capital. Todos sus escritos y sus sermones tienen por fin
hacer que la gente ame más a Dios y se vuelva más santa. Por eso es considerado
como el primer escritor ascético del oriente (ascética es la ciencia que enseña
a dominarse a sí mismo y a ser santo).
San Gregorio Nacianceno (329 – 390).
Nace el año 329 en Capadocia.
Su padre fue elegido obispo de la ciudad de Nacianzo y tuvo cuidado de que su
hijo fuese educado en las mejores escuelas y academias de la antigüedad.
Casi diez años pasó Gregorio en Atenas como estudiante y allí cultivó una fiel amistad con Basilio y desarrolló, a la vez, su capacidad para la poesía, literatura y retórica. No cedió a la tentación de vivir entre la vanidad de oradores y filósofos, sino que promovió una profunda vida religiosa, junto con su amigo Basilio.
Al regresar a Nacianzo recibió el Bautismo de manos de su propio padre y algo más tarde el Orden sacerdotal para poder ayudarle en la pastoral de la diócesis. Como estaba vacante una diócesis en Asia Menor, su amigo Basilio, ya obispo lo promovió a la dignidad episcopal de esta sede. Gregorio no cumplió con este compromiso y huyó a la soledad de la vida de ermitaño.
Por su gran erudición teológica y sus claros conocimientos en la discutida cristología de los primeros siglos, fue escogido por el Concilio de Constantinopla del año 381 como obispo de esa metrópoli. Su carácter, demasiado sensible, no soportó las dificultades de la administración de una diócesis. Por segunda vez, renunció a su cargo episcopal y se retiró a Arianz, donde se dedicó a la meditación de los misterios de Dios.
Cuando murió, en el año 390,
nos dejó 44 sermones y 244 cartas, que tratan, en especial, sobre la verdadera
divinidad del Espíritu Santo y la dignidad de la Virgen como Madre de Dios. Su
inspiración poética nos regaló unos cuatrocientos poemas. Sus sermones y
escritos dejaron un tesoro de testimonio ortodoxo, en un tiempo de mucha
confusión y lucha.
Con Basilio y el hermano menor de Basilio, que se llamaba Gregorio de Nisa, recibieron el título de los "Tres capadocios".
Para la reflexión:
¿Que estamos haciendo nosotros para guiar a nuestra familia a la santidad?
¿Qué cualidades de estos
santos te pueda llamar más la atención y que puedas practicar durante el día de
hoy?
Dios nuestro, que has querido iluminar a tu Iglesia con la vida y la enseñanza de los santos obispos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, concédenos la gracia de conocer humildemente tu verdad y de vivirla fielmente en la Caridad. Por Jesucristo Nuestro Señor, San Basilio y San Gregorio, rueguen por nosotros. Amen.
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